
Sin más rollo ... ¡¡una pasada!!!
Il Duomo por fuera (un armario ropero nos invitó a largarnos cuando quisimos sacar fotos de dentro) y el Campanile también por fuera.
Desde la plaza de San Marcos llenita hasta los topes de portadores de fiebre del pollo (como casi todas las plazas de Italia ... y de aquí)


